22nd Sunday of Ordinary Time Year A
Reading I: Jeremiah 20:7-9
Responsorial Psalm: 63:2, 3-4, 5-6, 8-90
Reading II: Romans 12:1-2
Gospel: Matthew 16:21-27
Spiritual Reflections on Sunday’s Readings (Lectura En Español)
What’s in a Name?
This week, Peter is in for a big surprise.
In last week’s Gospel Jesus retired the name “Simon” and replaced it with the name Peter. And so I say to you, you are Peter and upon this rock I will build my church, and the gates of the netherworld shall not prevail against it (Mt 16:18).
We heard that, at root, the name Peter meant “rock.” Simon is to be the “Rock,” the foundation of the church.
Notice that Peter is telling Jesus to avoid pain by selfish use of his divine powers.
Surprise, surprise, Jesus gives Peter a different name this week, and it has a very different flavour: he calls him “Satan” (Gospel).
“Get behind me, Satan! You are an obstacle to me. You are thinking not as God does, but as human beings do.”
If this name were to stick, Peter would be the leader of the very “netherworld,” the one that Jesus promised could never prevail against the church.
Peter’s entreaty is just what Satan had recommended in the desert temptations of Christ (Matthew 4:1-11)! When Jesus was hungry, Satan had said, stealthily, you are Messiah—why don’t you simply turn these stones into bread? After that, have your angels save you from all danger. And then, be a real Messiah, be in charge of all the lands there are. Why not?
Because all of this would require bowing down and worshipping Satan. What is going on?
First, it is quite clear that Jesus’ emotional state has changed.
He is obviously dreading the suffering and death he will soon have to face. His rebuke to Peter is so sharp, so instant, so contradictory, that its emotional roots are showing. He knows what a terrible toll human misery and affliction will take on him. He snaps at Peter and even resorts to name-calling.
Second, Jesus had been gradually schooling the disciples about who he really is. Not just a great teacher, or good friend, or magnetic preacher, but the complete revelation of divine love. They had achieved their first high mark last week when Peter said, “You are the Christ, the Son of the living God.” (Gospel, 21 Ord A 20)
This week Jesus shows the real meaning of Christly love: for the good of the world he must suffer greatly and be killed, and on the third day be raised.
Do the Apostles get it? No they do not. The Gospel reports that now Peter “rebukes” Jesus. Something like this:
No, no, no, no, Lord, we will protect you—this will not happen to you, please don’t worry so much. Everything will be ok, you’ll see. We need you to be alive. You are the Christ! We need you to use your powers!
It is an impulsive response. Very human. But notice that Peter is telling Jesus to avoid pain by selfish use of his divine powers.
To put it another way, Jesus would have to act according to the self-seeking, self-interested part of human nature. Go for the wealth, the power and the reputation. Forget Godly love.
Since he was human, Jesus must have felt within himself the rewards that would come with such desert temptations. And he must feel it now as Peter gives him the very same enticement. So he reacts strongly.
Does he really mean that Peter is Satan? No. But surely he remembers with pain the devil’s temptations.
No wonder that name slips out.
Santo Nombre Iglesia Católica Lecturas del pastor Reflexión – 3 de septiembre de 2023
Domingo 22 del Tiempo Ordinario Año A
Lectura I: Jeremías 20:7-9
Salmo responsorial: 63:2, 3-4, 5-6, 8-90
Lectura II: Romanos 12:1-2
Evangelio: Mateo 16:21-27
Espiritualidad de las Lecturas
¿Qué hay en un nombre?
Jesús tiene una variedad de nombres para Simón. Pero el de esta semana es una verdadera sorpresa.
La semana pasada, en el Evangelio, le quitó el nombre “Simón,” y lo reemplazó con el nombre “Pedro.”
Ahora te digo yo: Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. (san Mateo 16:18)
La raíz del nombre Pedro significa “piedra.” Simón va a ser una “Piedra,” los cimientos de la iglesia. Esta semana, Jesús le da a Pedro un nombre totalmente distinto. Le dice, “Satanás.” (Evangelio) Si este nombre fuera el definitivo, Pedro sería el líder del infierno, que derrotaría la Iglesia, en contraste con la promesa de Jesús.
¿Qué ha pasado?
Primero, claro está que el estado emocional de Jesús ha cambiado. Obviamente, le da pavor el sufrimiento y la muerte que, según les explica, pronto tendrá que enfrentar. Su reproche hacia Pedro es tan agudo, tan inmediato, tan contradictorio, que podemos ver su origen emocional. Es un insulto malhumorado. Jesús parece consciente de la terrible miseria y aflición que va padecer. Además, Jesús llevaba ya tiempo instruyendo poco a poco a los discípulos sobre realmente quién es él. No sólo un gran maestro, un buen amigo o un predicador carismático, sino la revelación total del amor divino. Los discípulos dieron el primer indicio de haberlo comprendido la semana pasada cuando Pedro dijo, “Eres el Cristo, el hijo de Dios vivo.”
En el Evangelio para esta semana, Jesús muestra el verdadero significado del amor de Cristo. Por el bien del mundo, él tiene que padecer mucho por parte de los senadores y hasta ser matado por ellos y resuscitar al tercer día. Esta es la primera vez, por lo menos en el Evangelio de san Mateo, que él ha mencionado la crucifixión.
¿No debían haber podido comprender, o como mínimo haber empezado a comprender, el verdadero significado de Jesús como “el Cristo”? Pues, no. El Evangelio dice que Pedro “reprochó” a Jesús. “No, no, no, no, Señor, nosotros te protegeremos–esto no te va a pasar, por favor no te preocupes tanto. Todo va a estar bien, ya verás. Necesitamos que estés vivo. ¡Ya dije que eras el Cristo! ¡Usa tus poderes!” Esta es una respuesta impulsiva. Muy humana. ¡Pero Pedro le dice a Jesús que evite sufrir por medio del uso egoísta de sus poderes! Satanás ya le había tentado en el desierto con el mismo razonamiento. Cuando Jesús tenía hambre, Satanás le dijo, en efecto, “¡Tú eres el Mesías! ¿Por qué no conviertes las piedras en panes? ¿Por qué no haces que los ángeles te rescaten? De hecho, pórtate como un verdadero Mesías: asume poder sobre todas las tierras. ¿Por qué no?” Porque todo esto requeriría postrarse ante Satanás y adorarlo.
Dicho en otras palabras, Jesús tendría que actuar de acuerdo con la parte más egoísta de la naturaleza humana. Busca la riqueza, el poder y la fama. Olvídate del amor de Dios.
Ya que era humano, Jesús tiene que haber reconocido los beneficios que acompañarían a semejantes tentaciones. Así como tiene que reconocerlo otra vez esta semana cuando Pedro le tienta de la misma manera. Por eso es que reacciona tan fuertemente.
¿De veras quiere decir que Pedro es Satanás? No. Pero él recuerda con mucho dolor las tentaciones del diablo.
No debe sorprendernos que se le escape el nombre de Satanás